Durante la madrugada del pasado jueves, una gran roca entró en la atmósfera a 126.000 kilómetros por hora.
Hace unos días, tras la nevada, hubo quien bromeó con la idea de que a Madrid ya sólo le faltaba un meteorito. Dicho y hecho. Durante la madrugada del jueves, una gran bola de fuego sobrevoló Madrid, sorprendiendo a quienes estaban despiertos.
El fenómeno se produjo a las 3.56 horas. Se trataba de una roca procedente del impacto con la atmósfera de un asteroide, que había penetrado en la Tierra a 126.000 kilómetros por hora, mostrando varias explosiones durante su trayectoria.
El Planetario de Madrid, que se hizo eco de lo ocurrido, quiso recordar a la población que «no hay que preocuparse» por este tipo de fenómenos, puesto que debido a la gran velocidad a la que se desplaza la bola de fuego, esta tiende a desintegrarse antes de impactar con el suelo. También quisieron subrayar que en la Tierra caen alrededor de 17.000 fragmentos de meteoritos cada año y que ninguno conlleva peligro.
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