Los que critican en redes ‘El madrileño’, el nuevo disco que arrasa en Spotify, están cada día más alejados del país real.
“Todo este viaje para acabar escuchando la música que escuchaba mi padre a mi edad”. Lo escribía un chaval en Twitter este viernes, enlazando el nuevo disco de C. Tangana y mencionándome. Lo hacía —lo de la mención— porque acabo de contar en un libro —’Feria’— que de cría me daba vergüenza que mi madre pusiera al Parrita cuando hacía de sábado, que es como le dice mi madre a limpiar, sea viernes, sábado o domingo. Y que no contaba que mis abuelos eran feriantes porque su oficio se asociaba a vocear mucho y a llevar la camiseta llena de relejes, pero también a escuchar música que sonaba a lata, a organillo y en la que daban siempre muchas palmas.
A Rosarillo también la ponía mi madre y la llamaba así, Rosarillo, como si fueran amigas. Hay un ‘sample’ de una de sus canciones en ‘El Madrileño’. Es en ‘Nunca estoy’, donde también menta el estribillo de ‘Corazón partío’ de Alejandro Sanz, que estaba en la primera cinta que tuve, que muchos tuvimos, con seis o siete años. Y escuchándola y escuchando ‘Son ilusiones’ de Los chichos entre compás y compás en ‘Tu me dejaste de querer’, y la versión de ‘Lola’ de El Pescaílla que ha hecho junto a Eliades Ochoa pensaba en que manda huevos que haya sido C. Tangana quien haya tenido que reconciliarme definitivamente con la música que me daba vergüenza que sonara en el ‘home cinema’ de mi casa, sacado por puntos del Eroski en una promoción de esas que se hacían en los 2.000.

Y manda huevos porque él era, precisamente, uno de esos artistas que no me daba pudor, sino orgullo, que sonara en mis listas: porque antes de ser El Madrileño, antes incluso de ser C. Tangana tenía canciones cuyos títulos estaban tomados de la filosofía griega y mencionaba a Pascal, a Copérnico y su oposición a la democracia representativa en las entrevistas que le hacían.

Miguel Rosero, editor de la revista impresa y online Eventos En Red. Profesional de la comunicación y la tecnología.