Entre la fe y las pesas. Así vive Kevin Fast, un cura de Canadá que igual arrastra un camión de bomberos que un avión. ¡Impresionantes sus vídeos!
Cuando piensas en un cura, seguro que te lo imaginas rezando, dando misa o haciendo comunidad con sus feligreses. Pero Kevin Fast, un pastor canadiense de 56 años, además es strongman. Capaz de mover coches de bomberos e incluso de arrastrar coches, se pasa el día entre la iglesia y el gimnasio y entrena como una verdadera bestia. De hecho, cuenta con varios récord Guinness, como contó recientemente en una entrevista para el New York post.
Religioso durante 27 años, su especialidad son las pruebas de fuerza e incluso traslada su pasión por el fitness y el deporte a sus sermones. «Me gusta competir en el gimnasio y la gente lo sabe, por eso me hacen mil preguntas y, en cierta medida, también soy un strongman con mis feligreses».
Y lo curioso es que tampoco pasa demasiado tiempo ejercitando sus músculos, «solo una hora y media al día». Luego asegura que se va a casa a comer donuts, dormir la siesta y seguir con su faceta de cura. No le asusta ningún reto y hasta la Universidad del Sur de California ha estudiado su cuerpo… Descubrieron que sus huesos son gruesos y densos, y que es capaz de liberar mucha adrenalina: «Creo que mi cuerpo fue un regalo que Dios me dio y que yo he ido fortaleciendo día a día».
Su primera competición de strongman la disputó en 1994, cuando se mudó a Cobourg y vio a un grupo de hombres levantando troncos y piedras. Se unió a ellos y ya ese día fue capaz de voltear un poste de teléfono. De hecho, fue el ganador de la competición. «Tal vez estoy un poco loco –confiesa–. Pero me encanta medir mis fuerzas con otras personas y explorar mis límites».
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