¿Te imaginas tener un sexto sentido que te permita saber dónde está tu cuerpo y cómo se mueve, sin necesidad de mirarlo o tocarlo? Pues resulta que los humanos ya lo tenemos, y se llama «propiocepción». Así lo han descubierto unos científicos que han encontrado las células nerviosas que nos dan esta sensación tan especial.
La propiocepción es el sentido que nos ayuda a coordinar nuestros movimientos, a mantener el equilibrio y a evitar caernos o chocarnos con las cosas. Gracias a él, podemos caminar, bailar, escribir o abrazar sin tener que estar pendientes de cada parte de nuestro cuerpo. Es como si tuviéramos un mapa interno que nos dice dónde estamos y qué hacemos en cada momento.
Pero, ¿cómo funciona este sentido? ¿Qué tipo de células nerviosas son las que nos lo proporcionan? Para averiguarlo, los científicos han usado una técnica muy avanzada llamada «optogenética», que consiste en modificar genéticamente a las Descubren el sexto sentido de los humanos y lo controlan con la luz nerviosas para que se activen con la luz. De esta forma, pueden controlarlas a su antojo y ver qué efectos tienen en el comportamiento de los ratones.
Los resultados, publicados en la revista «Nature», son sorprendentes. Los investigadores han identificado las células nerviosas que transmiten la información de la propiocepción al cerebro, y las han llamado «neuronas propioceptivas». Estas neuronas se encuentran en la médula espinal y en los ganglios de la raíz dorsal, que son unos bultos que hay a lo largo de la columna vertebral.
Cuando los científicos activan o inhiben estas neuronas con la luz, los ratones pierden la capacidad de coordinar sus movimientos. Se vuelven torpes, desorientados y se caen con facilidad. Es como si les quitaran el sexto sentido que les dice dónde está su cuerpo y cómo se mueve.
Este descubrimiento es muy importante para entender mejor cómo funciona este sentido y cómo se relaciona con otros, como el tacto o el equilibrio. También podría tener aplicaciones en el campo de la medicina, la robótica o la realidad virtual, donde la propiocepción es un factor clave para la interacción con el entorno.
Así que ya sabes, la próxima vez que hagas algo con tu cuerpo, recuerda que tienes un sexto sentido que te lo facilita
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