El Petronio Álvarez en Cali integra a miles de personas alrededor de la cultura afrodescendiente.
Las manos levantadas con pañuelos blancos se agitan con una energía contagiosa sin importar el color de piel. Cada toque de marimba atraviesa los cuerpos seducidos por los sonidos, el calor y los tonos de la fiesta afro más grande del continente: el Petronio Álvarez. La imagen es icónica en el que, lejos de ser un simple evento, es un viaje hacia la cultura y la memoria del Pacífico colombiano. “Es un espacio de reivindicación y reconocimiento al aporte de la diáspora afropacífica en la construcción de país”, explica Ana Copete, la directora del encuentro que cumple 26 años.
Copete también es la nieta del compositor que inspiró el título del festival que se realiza en Cali (Valle del Cauca). La herencia musical de su abuelo estuvo influenciada, precisamente, por los paisajes y relatos en sus travesías como maquinista del ferrocarril del Pacífico. “Él no se imaginaba que su legado iba a vivir tanto tiempo”, cuenta su familiar. “Se reivindica su obra, pero también se rinde homenaje a los maestros y maestras del territorio, a la música y a la resistencia a través de la cultura”, agrega. Petronio Álvarez murió a los 52 años, treinta años antes de que naciera la celebración con su nombre.
El festival convoca anualmente a más de 200.000 personas cautivadas por las tradiciones de la región. “La música simboliza la riqueza ancestral del Pacífico. Con ella visibilizamos también a nuestros pueblos”, asegura Jhon Harold Caicedo, director de Renacer del Pacífico, una de las agrupaciones ganadoras en 2021. En esta nueva versión, la Unidad Deportiva Alberto Galindo, en el sur de Cali, reunirá a 44 agrupaciones musicales que concursan en cuatro modalidades: marimba y cantos tradicionales, chirimía, violines caucanos y versión libre.
No solo la música alimenta a quienes se sumergen en el Petronio. La cocina también integra saberes y sabores autóctonos que atraen a los visitantes. “El centro de cualquier cultura es la cocina, hace parte de nuestro tejido social”, apunta Elsis María Valencia, cocinera e instructora del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) en el Valle del Cauca, quien revela que parte del secreto para un buen plato está en las “hierbas de azotea” que se siembran desde el Chocó hasta Nariño, como el cilantro cimarrón o la albahaca negra. “Son plantas que guardan la memoria del sabor”, asegura. El coco también es uno de los ingredientes esenciales en las preparaciones del Pacífico. La bebida oficial es el viche, un destilado de la caña de azúcar de elaboración artesanal.
El Petronio Álvarez es un festival que se caracteriza por ser como el nombre de la región donde se celebra. “Ha logrado que caleños y colombianos nos sintamos orgullosos de las raíces negras que nos corren por las venas. El Petronio dignifica la cultura negra del Pacífico”, afirma su directora. Marcó incluso la vida de la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez. “Ahí fui adquiriendo identidad como afro. Participar en el Petronio, ver a la gente con su fuerza, me ayudó en mi autoreconocimiento”, confesó en una entrevista hace unos años recordando su experiencia como participante cuando era adolescente.
Este año, el Petronio Álvarez que organiza la Secretaría de Cultura y Turismo de Cali tendrá a Brasil como su primer país invitado. Uno de los principales atractivos será el gran concierto de voces afrolatinas, protagonizado por las maestras Zully Murillo, Susana Baca, Totó La Momposina y Nidia Góngora que harán agitar los pañuelos blancos, el sábado 13 de agosto.
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