Vivir en un lugar nuevo es una experiencia transformadora. Nos enfrentamos a costumbres diferentes, a un idioma que tal vez no dominamos del todo, a la distancia de lo familiar y, a veces, a una sensación de incertidumbre que nos desafía día a día.
En medio de estos cambios, el autocuidado se convierte en una herramienta poderosa, capaz de fortalecer nuestra autoestima y brindarnos la estabilidad emocional que necesitamos para sentirnos en armonía con nuestro entorno y con nosotras mismas.
Es aquí donde quiero comenzar, compartiéndote algo que he aprendido a lo largo de este proceso. Algo que me ha tocado profundamente y que quiero que tú también lo explores. Se habla mucho de la importancia de cuidarnos, sin embargo ¿realmente lo estamos haciendo de manera efectiva?
Hoy, quiero recordarte de esa necesidad, la de tomarnos un respiro, de darnos permiso para ser amables con nosotras mismas.
¿Te has dado el tiempo para hacerlo?
Reconociendo tu valor
Sé que en tu corazón hay una gran fuerza, y entiendo que los desafíos diarios pueden nublar la visión clara de tu identidad.
Vivir en un lugar nuevo, lejos de donde naciste, puede dejarte con una sensación de desconexión y soledad. Y, a veces, esos pensamientos negativos empiezan a tomar el control, haciéndote cuestionar tu valía. Aquí es donde entra un consejo tan sencillo como poderoso: “RECUERDA TU VALOR”.
Te invito a detenerte un momento y escribir todas las cualidades que te hacen aquella persona maravillosa y única.
¿Sabías que, cuando lo haces, tu cerebro empieza a liberar dopamina, esa hormona de la felicidad que activa tu sistema de recompensas?
Así, por muy pequeña que sea la acción, tu cuerpo y mente comienzan a responder positivamente. Y, créeme, cada pequeño paso cuenta.
Cuidar de ti es un acto de valentía
Una de las lecciones más poderosas que nos da la neurociencia es que nuestra mente y cuerpo están profundamente conectados. Cuando no le damos espacio a nuestra mente para relajarse, cuando descuidamos nuestro bienestar emocional y espiritual, nuestra energía se desploma, y las decisiones que tomamos a diario se ven afectadas.
El autocuidado no es un lujo, es una necesidad, sobre todo para aquellas personas que hemos superado tantas barreras.
Te invito a incorporar pequeñas prácticas que te nutran de manera integral:
– Haz ejercicio, aunque sea una caminata corta, porque el movimiento activa la liberación de endorfinas, esas sustancias que nos hacen sentir mejor.
– Come con conciencia, disfrutando de cada bocado, sabiendo que cada alimento tiene el poder de nutrir tu cuerpo.
– Duerme lo suficiente, porque la falta de descanso puede desencadenar trastornos emocionales y afectar tu salud física.
– Dedica un momento a la conexión espiritual, ya sea a través de la meditación, la oración o simplemente agradeciendo por lo que tienes. Reconectarte con tu esencia y con algo más grande que tú puede brindarte paz y fortaleza en los momentos de incertidumbre.
Recuerda que el autocuidado no es solo físico, sino también emocional, espiritual y mental.
La importancia de tus pensamientos
Aquí hay un truco que puede sonar sencillo, y tiene un impacto profundo: identifica y desafía los pensamientos negativos que se repiten constantemente en tu mente.
Es común que la autocrítica sea un compañero constante, en alguna etapa de nuestra vida. Muchas veces, nos decimos cosas como “no soy suficiente” o “no puedo con esto”. Sin embargo ¿sabías que, cuando repites esas frases, tu cerebro las toma como verdad? Las neuronas se conectan y refuerzan ese mensaje, creando un círculo vicioso de inseguridad. Lo maravilloso es que tenemos el poder transformarlo en un circulo virtuoso, ya que la psicología cognitiva nos enseña que podemos modificar este patrón.
Así que, la próxima vez que notes un pensamiento negativo, detén tu mente y reemplázalo por algo más positivo y realista.
En lugar de pensar “no soy capaz de adaptarme a este lugar”, puedes decirte “estoy aprendiendo algo nuevo cada día, y eso me hace más fuerte”. Este simple cambio de enfoque permite que tu cerebro reciba un mensaje más positivo, ayudando a reforzar tu autoestima.
(En próximos artículos profundizaremos en este tema y activaremos el poder la hablar vida)
Conclusión: un proceso continuo
Recuerda que fortalecer nuestra autoestima es un proceso constante, y cada paso cuenta. Es natural que algunos días sintamos que todo se desmorona, sin embargo, es en esos momentos cuando más necesitamos ser amables con nosotros mismos.
Tómate un respiro, celebra tus logros y sigue adelante, porque el esfuerzo por cuidar de ti, además que te beneficia poderosamente también influirá en todas las personas que te rodean.
En este viaje de adaptación, lo más importante es que tú, en todo momento, te reconozcas como lo que eres:
Un ser Amado por Dios,
valioso con gran capacidad de resiliencia y adaptación, con dones y talentos listos para desarrollar y compartirlos para vivir en paz,
disfrutando del proceso y de cada experiencia que la vida tiene para ofrecerte.
Te abrazo con todo mi corazón y te acompañaré en este espacio en cada paso de este viaje.
Si alguna vez sientes que necesitas hablar o compartir tus pensamientos, recuerda que puedes contactarme en redes sociales.
Conoce un poco más sobre María Eugenia Arévalo

Mauge Arévalo, comunicadora y escritora, impulsa la resiliencia femenina en su obra Retos de la Mujer de Hoy. Con su estilo cercano, inspira a enfrentar desafíos y crecer. Ha sido locutora y productora en programas motivacionales.