La idea es tan sencilla que cuesta entender cómo no se le ocurrió a nadie antes. Lejos de dietas complejas o que te prohíben muchos alimentos, esta dieta te permite comer de todo.
Se trata simplemente de reducir la ingesta diaria de calorías. De ahí que esta dieta sea conocida como la dieta de restricción calórica.
La cuestión es cuántas calorías tenemos que reducir. ¿Es necesario pasar hambre? ¿Es la dieta de restricción calórica lo mismo que la anorexia?.
De hecho, la dieta de restricción calórica puede hacerte adelgazar mucho en muy poco tiempo. Pero no tiene nada que ver con la anorexia.
La dieta de restricción calórica, siempre que respete los niveles óptimos de nutrición, puede aportar muchos beneficios.
Comer menos para vivir más y mejor
El secreto de las dietas de restricción calórica es llegar a un equilibrio entre lo que comemos y lo que gastamos.
He aquí unos consejos para seguir la dieta de restricción calórica sin poner en riesgo nuestra salud:
1. Implantar la dieta poco a poco. Hay que acostumbrar al organismo a vivir con menos calorías de forma gradual.
2. No eliminar ningún nutriente de nuestra dieta. Las grasas también son necesarias.
3. Hacer de frutas, verduras, cereales y legumbres el centro de nuestra dieta.
4. Practicar ayunos no es necesario. Es solo una forma extrema de llevar a cabo esta dieta, pero no es recomendable para todo el mundo.
Beneficios de la dieta de reducción calórica
Repetimos que no se trata de pasar un hambre extremo. Recuerda que una dieta bien hecha no debe hacerte perder nutrientes ni ser demasiado estricta.
En esta dieta se trata de comer un 15% de calorías menos cada día. En los casos más extremos, se redujo la ingesta un 40 o 50%.
Los científicos afirman que en seres humanos se puede conseguir alargar la vida hasta 9 años. Además, se reducen drásticamente las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer…
En los individuos que consumen menos calorías los científicos observaron también una menor degeneración neuronal.
La ciencia confirma que esta dieta alarga la vida
Los primeros estudios científicos sobre este tipo de dieta se hicieron allá por los años 30 en animales.
Las pruebas se hicieron con ratas de laboratorio. Después se hicieron tests parecidos con macacos. En ambos casos se demostró que aquellos animales que habían sido puestos a dieta vivían más años que aquellos que no.
En algunos casos, los animales a dieta lograban vivir incluso un 50% más que los otros. Además, no se trataba solo de vivir más años, sino de gozar de una salud mejor.
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