Una simple proteína es la encargada de capturar átomos de cobre del ambiente e integrarlos en los dientes.
Los gusanos del género Glycera son unas bestezuelas desagradables. Su boca está rodeada de colmillos de metal tan duros que pueden perforar el caparazón de otros animales para inyectar veneno (y provocar una dolorosa mordedura en seres humanos). La cuestión es que hasta ahora la ciencia no tenía ni idea de como hacían para dotarse de dientes metálicos.
El profesor Herbert Waite, de la Universidad de California Santa Bárbara acaba de revelarlo tras años estudiando a estas criaturas.
Resulta que la responsable de esta curiosa ventaja evolutiva es una simple proteína multifunción (MTP por sus siglas en inglés). Su cadena apenas está compuesta de dos aminoácidos (glicina e histidina), pero su simplicidad debería ser considerada elegancia, porque es crucial para nada menos que seis procesos diferentes en el cuerpo de los gusanos de sangre.
La MTP no solo captura los iones de cobre del entorno. Además cataliza la formación del pigmento conocido como melanina y se integra a sí misma en los tejidos. En el caso de los dientes, lo que han descubierto es que la MTP crea puentes moleculares largos usando cobre como enlace, lo que a la postre hace que este elemento quede perfectamente integrado en las estructuras óseas. En este caso los dientes. Los científicos en ningún momento han comenado si esta habilidad podría ser extensible a seres humanos para endurecer nuestros huesos o dientes, aunque probablemente el proceso nos dejara con unos “preciosos” dientes negros.
Los gusanos de sangre son extremadamente agresivos y territoriales, y usan sus colmillos para atacar inmediatamente a cualquier otro gusano que se les acerque o para capturar presas (son carnívoros). Su nombre, sin embargo, no se debe a su encantadora personalidad, sino a que su piel es translúcida, lo que a menudo hace visibles sus fluidos internos, de un intenso color rojo por la hemoglobina que portan. Aunque son venenosos, su toxina no es peligrosa para los seres humanos y lo peor que pueden causarnos es una desagradable mordedura con sus dientes de metal. Se conocen cerca de 80 especies de estos gusanos marinos. Algunas de ellas pueden alcanzar los 35 centímetros de longitud, pero los que más conocemos son los que se usan en pesca como cebo para especies marinas. Pese a su terrorífico aspecto son lo que vulgarmente conocemos como cebo. [Eurekalert vía IFL Science]
Miguel Rosero, editor de la revista impresa y online Eventos En Red. Profesional de la comunicación y la tecnología.