Tanto las empresas que encargan eventos como las que se encargan de organizar un evento han ido desplazando del continente al contenido los recursos utilizados, el interés y la importancia otorgada, entendiendo que lo que se trate en un acto es prioritario para la consecución de las metas y objetivos.
A medida que el contenido ha ido ascendiendo en la escala de importancia y consideración por parte de las empresas, este ha ido creciendo en calidad, sofisticación y variedad de formatos y recursos utilizados.
La importancia de los contenidos
En la actualidad, el contenido de un evento, reunión o cualquier otra actividad corporativa puede representarse como una figura geométrica con cuatro vectores, cuya correcto tratamiento y potenciación adecuada y equilibrada dará como resultado un cuadrado perfecto. Es decir, un evento bien planteado y organizado y alienado con los objetivos y pretensiones.
Estas cuatro líneas maestras de configuración de los contenidos de un evento son: la idea, los recursos multimedia, las actividades colectivas y los recursos humanos externos. En este artículo te explicamos las dos primeras; la semana que viene desarrollaremos las dos últimas.
1) La idea
El contenido de cualquier evento debe basarse en una idea que sea clara, potente, fácil de recordar para lo asistentes y que esté presente en todo el proyecto.
Otras características de esta idea central dels evento es que se trate de un concepto creativo y que se mantenga durante la totalidad del flujo comunicativo. Dicho flujo no tiene lugar solamente durante el tiempo que dure el acto, sino también antes y después del mismo.
Por último, también es importante crear un slogan o claim fácil de recordar que sirva para sintetizar, en una sola frase, la clave principal y la filosofía del evento, así como un logo atractivo.
2) Recursos multimedia
Actualmente, los impresionantes avances tecnológicos permiten la creación de contenidos altamente impactantes y eficaces muy valorados por la audiencia y de una espectacularidad y belleza extraordinaria.
De entre las muchas posibilidades destacaríamos, por su impacto en los asistentes, las siguientes :
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Proyección de videos más o menos sofisticados en 2D y, últimamente, también en 3D.
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Realidad aumentada, que constituye un versión aún más realista y espectacular de la imagen tridimensional.
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Hologramas. Imágenes de gran impacto que dan la falsa sensación de que las personas se encuentran levitando.
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Mapping. Es el último grito y consiste en la proyección de imágenes en 3D sobre cualquier tipo de superficie.
Para lograr el máximo impacto e intensificar el interés de los asistentes de un evento es recomendable combinar el uso del mayor número de recursos tecnológicos posibles, aunque, obviamente, todo depende de las posibilidades económicas de la empresa organizadora.
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