Fue el gran ausente de una noche que, según contó a sus amigos, pudo haber estado «entre las más bonitas de su vida».
El rapero cubano Maykel Castillo, el Osorbo, no pudo asistir a la gala de los Grammy Latinos el jueves en Las Vegas, en la que «Patria y vida», el tema en el que participa y que se ha vuelto un himno de los que se oponen al gobierno de Cuba, ganó dos premios: Mejor Canción Urbana y Canción del Año.
La ausencia de Castillo no se debió a que Estados Unidos le negara la visa para entrar al país, como ha pasado con algunos artistas cubanos que han sido nominados en ocasiones anteriores.
El rapero contestatario no pudo asistir porque está preso desde mayo pasado en una cárcel de máxima seguridad en Cuba, acusado de «atentado, desórdenes públicos y evasión» tras participar en varias protestas contra el gobierno.
La prensa oficial de la isla lo señala de ser un «mercenario» y de estar «al servicio de la CIA y de los enemigos de la revolución», quienes, según la versión de los medios estatales, fueron también responsables de que «Patria y vida» ganara en «la noche más importante de la música latina».
«El escenario y la ceremonia son una vitrina política para defender los intereses de quienes pagan y son patrocinadores lícitos de esta versión latina de los premios de la música en EE.UU.», dijo el noticiero estatal.
El hecho de que Cuba ganara por primera vez en la historia de los Grammy el premio a Canción del Año y que esto provocara la protesta de las autoridades (en lo que en otro país quizás hubiera sido motivo de celebración) no fue lo único que hizo controvertida la noche.
Y es que Castillo, quien también fue el primer artista en la historia de los Grammy en ganar dos premios y no poder recibirlos por estar preso, se encuentra «en un delicado estado de salud», según han denunciado el propio artista, sus familiares y amigos más cercanos.
«El premio llega en un momento en el que no solo está preso y en una cárcel de máxima seguridad, en un momento en el que la fase investigativa de su caso venció hace tiempo y se encuentra en un limbo legal, a la espera de un juicio que no se sabe cuándo tendrá lugar, sino que, además, está muy enfermo», le dice a BBC Mundo Anamelys Ramos, miembro del opositor Movimiento San Isidro (MSI), al que también pertenece Castillo.
La historiadora del arte, que se ha comunicado con frecuencia con el rapero, asegura que comenzó a tener vómitos, sudoraciones y fiebres hace unas semanas y le comenzaron a aparecer una especie de «bolas» por todo el cuerpo «como si tuviera los ganglios inflamados».
«Al parecer, el diagnóstico inicial fue que el sistema linfático le estaba fallando por una razón desconocida y que esto podría deberse a un linfoma o algo así, pero la biopsia que le hicieron no dio un resultado conclusivo», dice.
De acuerdo con Ramos, Castillo, quien asegura haber realizado una huelga de hambre en la prisión, se niega actualmente a ser sometido a nuevos exámenes por considerar que, al estar detenido, no recibe una atención médica adecuada.
Las autoridades de Cuba no se han referido públicamente a las denuncias sobre el estado de salud del músico.
«Hasta ahora lo que le habían dicho era que la condición para salir de la cárcel era irse de Cuba, pero de forma definitiva. Él no quiere que lo chantajeen así, pero esto de la enfermedad ha venido a movernos el piso. Es un nuevo escenario», dice Ramos.
Quién es Maykel «Osorbo» Castillo
Nacido en La Habana en 1983, Castillo se ha convertido no solo en un referente de la música contestataria en la isla, sino en una de las voces jóvenes más críticas contra el gobierno.
Según contó en una entrevista con BBC Mundo hace unos meses, creció sin padres en un barrio pobre de la capital, solo llegó al cuarto grado en la escuela, pasó por «centros de reeducación de menores» (una especie de cárceles para niños que existen en Cuba) y luego, en la adolescencia, fue cuando descubrió la música.
«Empieza a hacer rap desde muy joven y eso es lo que él cuenta que lo salvó, porque antes había estado preso por riñas y cosas así. Descubrió que tenía un talento, que podía tener un propósito y comenzó a hacerse conocido en los espacios underground«, cuenta Ramos.
Agrega que fue entonces cuando organizó un concierto para oponerse al llamado Decreto 349, aprobado por el gobierno para regular la expresión artística, tras lo cual terminó preso por un año y medio.
«Ahí es cuando está en la cárcel por primera vez por motivos políticos y es entonces cuando, al salir, se vincula más a la lucha por los derechos humanos y se asocia más al MSI», agrega Ramos.
En noviembre de 2020, el grupo, integrado por jóvenes artistas e intelectuales opositores, protagonizó una huelga de hambre que fue finalmente desalojada por la policía y que conllevó a una inédita protesta frente al Ministerio de Cultura en La Habana.
Luego, cuando iba a ser detenido por la policía el pasado abril, Castillo fue rescatado por vecinos, quienes lo acompañaron en otra inédita protesta en el barrio de San Isidro.
Hacia «Patria y vida»
A inicios de año, protagonizó junto al rapero El Funki y el líder del MSI, Luis Manuel Otero Alcántara (también en la cárcel actualmente), la parte grabada en Cuba del video de «Patria y vida», en el que participan además los músicos Yotuel Romero, Descemer Bueno y el dúo Gente de Zona.
Producido entre La Habana y Miami, el tema (que refrasea la consigna de Fidel Castro «patria o muerte») cuestiona algunos de los problemas sociales más urgentes que atraviesa la isla, desde la situación de la vivienda o la carencia de alimentos hasta abogar por un cambio político.
La canción se volvió viral, alcanzó millones de reproducciones en YouTube y devino la consigna de los que salieron a protestar en Cuba en las masivas manifestaciones contra el gobierno del pasado 11 de julio.
«Es increíble el recorrido que ha tenido Maykel en tan poco tiempo. Empezó siendo uno más en un barrio marginal de La Habana, con una vida precaria, con una historia de no acceso infinita, para pasar a ser internacionalmente conocido, no solo por ‘Patria y vida’, sino por su activismo», dice Ramos.
Las autoridades de Cuba niegan que Osorbo sea un «artista» y aseguran que se trata de un «mercenario» que recibe dinero de EE.UU., que sigue manuales de la CIA y que busca protagonizar «farsas» y «show mediáticos» para llamar la atención.
Qué más dice el gobierno
Las autoridades y medios oficiales de la isla han calificado «Patria y vida» de tema musical «trapero y cobarde» y han llamado a sus autores «ratas», «mercenarios» y «enemigos de Cuba».
El periódico oficial Granma cuestionó este viernes la ceremonia de los Grammy Latinos y consideró que la canción ganó por su mensaje político y no por sus valores musicales.
La publicación del Partido Comunista llamó a «Patria y vida» un «engendro» y «un panfleto producido y diseñado en función de la tentativa de golpe blando que el anterior y el actual gobierno de Estados Unidos (…) urdieron para subvertir el sistema político y social adoptado por la inmensa mayoría de los cubanos».
La polémica en torno a la canción, que no puede escucharse en las emisoras o canales de televisión de la isla, ha llegado incluso a las más altas esferas del país.
El propio presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, la ha criticado en Twitter en varias ocasiones e, incluso, ha discutido sobre ella con otros mandatarios de la región.
En la pasada cumbre de la Celac celebrada en México, el gobernante arremetió públicamente contra el presidente de Uruguay, Luis Lacalle, quien antes había recitado fragmentos de «Patria y vida».
«Parece que el presidente Lacalle tiene muy mal gusto musical. Esa canción es totalmente una mentira y una construcción entre algunos artistas en contra de la revolución cubana», dijo.
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