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El peso, la composición corporal y la edad influyen en la capacidad del cuerpo para asimilar una bebida alcohólica, pero también existen factores genéticos.
Vaya por delante que el alcohol, en todas sus formas y cantidades, es perjudicial para la salud. Pero además los efectos que produce en el cuerpo y en la mente son mayores en unas personas que en otras. Algunos de los factores que influyen en la rapidez o lentitud con la que el cuerpo elimina esta sustancia son el peso (a mayor masa, más difícil es emborracharse), la composición corporal (los hombres, en general, tienen más agua en los tejidos, más músculo y menos grasa que las mujeres y eso hace que a ellos les afecte menos el alcohol) y el modo en el que se lleva a cabo la ingesta de esa bebida (si se acompaña de comida, se absorbe menos alcohol), según indica el Dr. Vicente Carreño, especialista en hepatología y presidente de la Fundación para el Estudio de las Hepatitis Virales.
¿Se emborrachan antes las mujeres?
Además del peso y de la composición corporal, también existen diferencias entre hombre y mujer en cuanto a la capacidad para producir la enzima alcohol-deshidrogenasa, que es la que transforma el alcohol en acetaldehído, lo que supone la primera digestión metabólica del alcohol. «En general, la mujer presenta una menor actividad de esa enzima que el hombre, por lo que es probable que, a igualdad de peso, misma cantidad de alcohol y mismas circunstancias, la mujer se embriague con una mayor facilidad», revela el Dr. Carreño.
También la edad influye en la capacidad para asimilar el alcohol. Así, como indica el Dr. Javier Torrijos, nefrólogo y experto de Doctoralia.es, cuando uno es joven el organismo tiene mayor capacidad de respuesta a sustancias tóxicas, pero esa capacidad se pierde con el tiempo. «El organismo ya no metaboliza el alcohol de forma tan eficiente como antes. De hecho, el índice de grasa corporal que se tiene al envejecer influye en la capacidad para metabolizarlo. El alcohol solo se distribuye en las partes acuosas del cuerpo, por lo que si se tiene una menor proporción de agua que de grasa corporal, llegará una mayor cantidad al hígado», argumenta.
El consumo de medicamentos también afecta a la capacidad de metabolizar el alcohol, así como el tabaquismo (el tabaco también influye en el hígado) y la existencia de enfermedades hepáticas.
Por último cabe destacar la influencia del factor genético, que es algo individual y que, según revela el Dr. Carreño, es uno de los factores que menos se conoce sobre las diferencias en la asimilación del alcohol. Así, en función del polimorfismo del gen PNPLA3 que tenga esa persona (favorable, intermedio o perjudicial), le hará más o menos daño el alcohol.
Editor de la Revista Eventos En Red impresa y digital, con más de 15 años en circulación, nos caracteriza la multiculturalidad.