Quédate» y «Despechá» son los temas que más están sonando ahora.

Bien entrados en agosto, ya va siendo hora de comenzar a debatir cuál está siendo la canción del verano. Es un título del que algunos artistas huyen por las connotaciones frívolas que se le atribuyen. Sin embargo, otros se postulan año tras año para alzarse como el rey (o la reina) de la discoteca, la pista de baile y la barra de bar.

Decir que una canción es la canción del verano significa, simplemente, que es la que más sonrisas, más desenfreno y más gritos de júbilo ha arrancado en la gente durante la temporada de las vacaciones. Que es, para la mayoría, también la de la felicidad suprema.

Otros años es una pugna disputada a muchas bandas, todas parejas en éxito. No es el caso del presente. El pastel está a repartir solamente entre dos paladares. Además, dos que se yerguen muy por encima del resto.

Quevedo II

El primero es Quevedo, (no el enemigo de Góngora, sino el otro). Su sesión de Bizarrap ha sido, con mucha diferencia, la que mayor polvareda ha levantado. El nombre completo es Quevedo: Bzrp Music Sessions, Vol. 52. Pero muchos la conocen como la de quédate. El cantante ya venía de partir la pana con algunos hits como Cayó la noche, pero lo de la colaboración con Bzrp ha sido un furor generalizado, un fenómeno de masas de los de estudiar en las clases de sociología.

Es imposible vivir en España y no haber escuchado esta canción. Aunque sea de refilón. Comienza a alcanzar niveles de Despacito. Suena aquí y suena allá. Todo lo abarca. No se puede huir de ella. Aunque uno se fuera a vivir a una cueva profunda y alejada, el viento arrastraría los acordes hasta las profundidades del mundo.

Los que saben lo corroboran. Marcos Dux, DJ de la mítica Sala Pelícano de A Coruña, dice que el tema de Quevedo es «sin ninguna duda la canción que más está sonando este verano». Es más, sentencia esta supremacía apuntando que «la segunda, que sería Despechá de Rosalía, está a mucha distancia». Además, cuenta que «cualquier canción de Bzrp funciona muy bien», pero que a estas alturas ya no es «ninguna sorpresa, porque lleva mucho tiempo despuntando».

La grabación original acumula 189 millones de reproducciones en Youtube, más de 3,5 millones de likes y 105.000 comentarios. Se acerca cada vez más a las 300 millones de escuchas en Spotify. Unas estadísticas que son una absoluta locura. Está presente en las playas, en las discotecas, en los bares, en las tiendas de ropa y poco falta para que aparezca hasta en las panaderías de pueblo. Algo tienen las estrofas de Quevedo (II) que han hecho vibrar a todo el país al ritmo de sus movidos versos de amor. La demostración de que ponerse sentimental no está reñido con pegar un petardazo comercial de proporciones épicas. Quédate, que las noches sin ti duelen…

Rosalía durante su concierto en A Coruña César Quian

 Rosalía, como siempre

Que Rosalía tiene el mundo a sus pies ya no es noticia. Todos lo saben. Hace lo que quiere y como quiere, y siempre le funcionan las cosas. Sus últimos conciertos se cuentan por llenazos. Algunos vaticinaron que la cantante iba a ser una One hit wonder. Un éxito circunstancial. Una estrella ocasional. Pues anduvieron cortos de miras.

Sus temas llevan ya largo tiempo dando la vuelta al mundo. Sus últimos triunfos, los de Motomami. En concreto, la más reproducida ha sido Despechá. Si bien (de momento) cosecha unos números muy inferiores a los de Quevedo, la mayoría de los profesionales de la noche y de la fiesta están de acuerdo en que esta composición de Rosalía se alza con una muy sólida plata. Internet se rompió cuando se lanzó el sensacional videoclip. Fue Trending Topic y todos tenían una opinión que dar.

El vídeo es un despliegue de aroma cañí castiza. Un homenaje a los veranos en la playa de la familia media española. Sale deleitándose con una loncha de jamón, entre señoras con los pies en remojo que prepearan un piscolabis que, cómo no, incluye mejillones y tortilla de patata.

Lo tiene todo. Pistolas de agua, crema solar, el calipo de los niños, el abanico de las señoras y las gafas de sol del padre. Poco menos que un cuadro costumbrista. Una canción que habla sobre el mal de amores pero con un envoltorio festivo y desenfadado. Cuenta algo más de 24 millones de reproducciones en Youtube y 87 millones en Spotify. Parece que son legión los que lo mueven de lao’ a lao’ y a otro lao’.