Dormir sin retirar el maquillaje, el estrés, las glándulas sebáceas hiperreactivas y los cambios hormonales; todas estas son posibles causas para que aparezcan granitos. Y hay más: de hecho, en la mayoría de los casos, es casi imposible saber qué es lo que ocasiona el brote. Dicen los expertos que los granos pueden mejorar o empeorar por razones que a simple vista no son obvias y que, a fin de cuentas, no son ni más ni menos que un fenómeno natural. Y justamente porque son parte de la vida, aplicar maquillaje sobre un granito -o varios- no debería empeorar las cosas. Al contrario, si el enfoque es el adecuado, se puede lograr esconder esa molestia protuberancia, incluso con buenos resultados.
Y aunque el panorama no sea muy alentador, hay una serie de circunstancias que quizás te permitan identificar la raíz del problema. Por ejemplo, los granitos que aparecen con frecuencia en la zona de la mandíbula o por encima de la boca pueden ser indicios de dos situaciones: que padecés alguna intolerencia alimentaria o que tu dieta no es del todo balanceada. Lo mismo sucede con los pequeños brotes en el entrecejo y en el contorno de la ceja que aparecen cuando consumís demasiado alcohol o comida con mucha grasa: estas áreas se relacionan con el hígado y la vesícula biliar. De todos modos, aunque no hay comprobación científica al respecto y el tema está en constante revisión, «algunas personas asocian la ingesta de determinados alimentos con la aparición de estas lesiones. Se ha demostrado que alimentos y drogas que contienen complejo vitamínico B, son favorecedoras de acné. Por otro lado se estudió que los pacientes que llevan una dieta rica en carbohidratos simples, tienen mayor tendencia al acné, y esto se debe a una hormona llamada insulina que se libera cuando se consumen estos alimentos, y que se vio que está relacionada con el acné», explica di Diego.
Otro indicativo acerca de los brotes tiene que ver con nuestro período menstrual, momento en el que los granitos aparecen con más frecuencia. «Esta exacerbación se produce por influencia de las hormonas que actúan estimulando mayor producción de sebo, uno de los mecanismos que intervienen en la formación de estas lesiones de la piel. Existen algunas localizaciones del acné que se relacionan en cierta medida a trastornos hormonales, al igual que la aparición del acné en la edad adulta, por lo que es importante que consultes a un dermatólogo para saber si este es tu caso y requerís de estudios complementarios que descarten esa posibilidad», indica el Dr. di Diego.
¿Qué hacer entonces? Primero y principal, aunque resulte difícil, hay que resistir el impulso de tocar -¡y menos apretar!- los granitos ya que esto genera mayor inflamación y puede dejar cicatrices. En casa podés usar fomentos con té de manzanilla, que es anti-inflamatoria. Además hay que «evitar el abuso de productos secantes o astringentes ya que generan un respuesta contraproducente o efecto rebote de la glándula sebácea que entiende el exceso de sequedad como una agresión y termina generando más sebo», aclara Murillo.
TIPS PARA CUBRIR UN GRANITO
Seguro te pasó, el mayor temor cuando aplicás maquillaje sobre un granito -y sobre todo si está inflamado- es generar un look pesado que haga aparecer el brote aún más visible. La clave es aplicar el corrector adecuado que tiene que ser del color de tu piel, ni más claro ni más oscuro. Los expertos de Avon nos dan algunos consejos para elegir el indicado:
- En zonas rojas: si tenés un granito de este tipo, optá por un corrector verde que neutraliza el tono.
- En zonas oscuras: los puntos negros son muy comunes. Para estos casos, optá por un corrector amarillo o beige claro.
PASO A PASO. «Hidratá muy bien tu piel, tanto como te pida (puede haber sectores del rostro que te pidan más o menos hidratación). Generalmente, sobre los granitos hay que colocar un poquitito más de producto ya que suelen estar resecos, especialmente si la zona está irritada o lastimada», afirma Daniela Rojas, maquilladora de Get The Look. Luego, colocá algún primer de tu preferencia. No hace falta que lo pongas en todo el rostro, a menos que realmente lo necesites. Podés ubicar unas gotitas en las zonas de mayor sebo (frente, nariz y costaditos, mentón). Aplicalo haciendo una leve presión, ya que de esta forma ayudamos a que penetre mejor y nos alise bien la piel. «Dependiendo del tipo de lesión que tengas, podés usar una base liviana de cobertura media/baja, y con un corrector de alta cobertura tapar los granitos uno a uno, difuminando los bordes con alguna brocha chiquita. Por último, aplicá polvo volátil o compacto, de color o translúcido y finalizá con alguna bruma o fijador», agrega la experta.
EL SECRETO DE LA BROCHA. Este truquito puede ayudarte a lograr un resultado más duradero. Tenés que tomar una pequeña cantidad de corrector en una brocha pequeña y esparcí el producto sobre el dorso de la mano para dispersar los pigmentos y evitar que se hagan grumos sobre tu piel. Comenzá de afuera hacia adentro y trabajá el corrector hacia el centro del granito. Con el dedo anular, tomá un poquito más de corrector y colocalo con golpecitos sobre el grano para tener una capa extra de cobertura. Trabajá nuevamente el producto con la brocha y volvé a repetir el paso con el dedo.
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Miguel Rosero, editor de Eventos En Red. Profesional de la comunicación y la tecnología.