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El estudio considera que todos los españoles (vascos, catalanes, castellanos) y portugueses no pertenecen a la raza blanca.
The New York Times ha generado una fuerte polémica por publicar un estudio en el que clasifica por ‘razas’ a las 922 personas más poderosas de todo Estados Unidos, con el objetivo de comprobar si hay discriminación contra las personas que no tienen piel blanca.
En el estudio, el diario llega a la conclusión de que el 80% de las personas más poderosas son blancas. En ese 80%, por cierto, no entra ningún español, ciudadano de la Península Ibérica, ni ningún descendiente.
El motivo: el diario asegura que los ciudadanos de la Península Ibérica no pertenecen a la ‘raza’ blanca. Así lo ha denunciado en Twitter René D. Flores, sociólogo de la Universidad de Chicago, que destaca que el diario selecciona a todo aquel que se considera con apellido hispano como persona de tal ‘raza’.
El estudio, por ejemplo, destaca a personas como John Garamendi, empresario y político, a quien no se considera blanco. Tampoco el político Devin Nunes, de origen portugués, quien tampoco se considera de esta raza.
El sociólogo René D. Flores destaca que el diario estadounidense ha utilizado un criterio particular: «La regla que parecen seguir es clasificar a cualquiera cuyo apellido suene como ‘hispano’ como no blanco, independientemente de su origen real. Esto explicaría por qué Pablo Isla, el consejero delegado de Inditex, nacido en Madrid, está clasificado como no blanco«.
Esta teoría se sustenta, además, en el resultado que han obtenido otros miembros destacados de la sociedad estadounidense: «De manera interesante, el New York Times clasifica a personas con origen en Oriente Medio como el irano-americano Farnam Jahanian o Marc Lasry, que nació en Marruecos, como blancos».
Y añade: «La lectura de las señales culturales ibéricas como no blancas y la clasificación de las personas de Oriente Medio como blancas es un fenómeno exclusivamente estadounidense».
Sobre estos hechos, Flores concluye: «Este es un buen ejemplo de cómo los límites de ‘lo blanco’, junto con el resto de categorías raciales, cambian con el tiempo y son moldeados por factores sociales y políticos«, concluye.
La imprecisión del término ‘raza’: científicamente, no es válido en seres humanos
Cabe recordar, por cierto, que el término raza es impreciso, porque no hay variaciones que se puedan constatar como derivadas de genes diferentes y todos los seres humanos pertenecen, científicamente, al mismo repertorio genético.
Igualmente, la gran mayoría de la población mantiene en su propio ADN trazas de diversos orígenes, ya sea la cuenca Mediterránea, el Norte de África o la región subsahariana, especialmente en España. De ahí que el término cobre aún mayor imprecisión porque no existen personas con una ‘raza’ determinada, sino resultado de un cúmulo de orígenes diferentes.
Miguel Rosero, editor de la revista impresa y online Eventos En Red. Profesional de la comunicación y la tecnología.