Vida de barrio en Madrid
El recién nombrado barrio más ‘cool’ del mundo, según Time Out, es también el más humano y multicultural de Madrid. Su mezcla de nacionalidades –africanos, indios y marroquíes sobre todo– se ha transformado en una comunidad activa donde el espíritu solidario ha cristalizado en diferentes proyectos autogestionados. ‘Esta es una Plaza’ es un solar reutilizado como parque donde los vecinos comparten huerto, juguetes, libros y tiempo. Mientras, los ecos del cercano Museo Reina Sofía se extienden hasta La Tabacalera, un espacio público con diferentes exposiciones e iniciativas relacionadas con el arte.

El más verde: Arganzuela
La reurbanización del Manzanares con el proyecto Madrid Río ha transformado de manera radical el aspecto y las posibilidades de este barrio en el que los planes se han vuelto verdes, compartidos y sostenibles. Extensiones de hierba junto al río, chiringuitos de diseño, como Costello Río, y pavimentos con aspersores demuestran que en Madrid sí hay playa, y que además se puede recorrer en bicicleta. El otro punto de encuentro para los vecinos del barrio (y para visitantes) es Matadero, uno de los motores culturales de la capital. Aquí puedes desde escuchar un cuento, bailar swing o patinar, hasta compartir el arte y gastronomía local en sus diferentes ferias, como la del Mercado de Diseño.

El más rebelde: Vallecas
Este reivindicativo barrio obrero, con una profunda tradición de asociaciones y centros sociales, ha acogido en los últimos años a personas de todas las procedencias, convirtiéndose en un atractivo ‘soho’ madrileño rodeado de costumbrismo. En Vallecas hay que recorrer sus calles y mezclarse con las distintas generaciones de rockeros en la mítica sala de conciertos Hebe; mojarse en la batalla del agua, organizada por la única cofradía marinera de interior; pedir unas gildas y un vermú con sifón en Casa Fernando; o subir hasta la colina de ‘Las 7 tetas’ a compartir uno de los mejores atardeceres de Madrid.

El más ‘hipster’: Malasaña
Además de los baristas tatuados que sirven el ‘latte’ más moderno de la ciudad, Malasaña conserva (y vive) la rebelión que la hizo ser protagonista de La Movida Madrileña y la contracultura en los años 80. Sus calles, donde se cruzan vecinos comprando el pan en zapatillas con diseñadores de vanguardia, se agitan en un perpetuo caos iluminado por el arte urbano de sus paredes, la radio del barrio (Onda Maravillas) y una imparable agenda de exposiciones y festivales gratuitos para toda la familia o eventos gastronómicos como la Ruta de la Croqueta.

El más castizo: Chamberí
Es el barrio madrileño que mejor representa el ‘slow life’ en sus soleadas calles rodeadas de árboles y tradiciones. En la plaza de Olavide vecinos y familias comparten parques, terrazas y mercadillos de intercambio como HolaVide. Y en la calle Ponzano, epicentro gourmet del barrio, se comparten tapas, vermú y conversación. Otras iniciativas fomentan el ambiente solidario, como las de la librería Tuuu, donde a cambio de un donativo te llevas todos los libros que te quepan en las manos. Y no faltan los lugares donde compartir la música; la mítica sala de conciertos Clamores es el reflejo del Madrid más divertido y canalla.

El más suburbano: La Guindalera/Quintana
Después de pasearse la lujosa “Milla de Oro” del barrio de Salamanca, no hace falta irse muy lejos para visitar otra de las zonas más auténticas de la capital. Aún bastantes desconocidos para las guías de viaje, La Guindalera (cuyo tradicional mercado sorprende con la cocina del japonés-peruano Hiwakaya Sushi Fusion) y Quintana (con una importante comunidad latina) son unos animados e inclusivos barrios que han sabido integrar atrevidas propuestas entre bloques de viviendas. Muy cerca de esta zona, cultura y naturaleza conectan a los vecinos en el Espacio Abierto Quinta de los Molinos (situado en el parque del mismo nombre) con una interesante agenda de actividades gratuitas para toda la familia.

Miguel Rosero, editor de la revista impresa y online Eventos En Red. Profesional de la comunicación y la tecnología.