Desde proyecciones en paredes hasta estructuras que se asemejan más a esculturas que a soportes para pantallas, la exposición “no pretende ser una antología”, explicó a Efe José-Carlos Mariátegui, uno de los comisarios de la muestra, “sino una selección de artistas peruanos que trabajan el vídeo de diversas formas”.

El lugar elegido forma parte de la exposición casi tanto como las obras. Bajo tierra y con poca luz, la sala crea una sensación de intimidad en la que se permite al espectador apreciar los detalles de las diferentes instalaciones que la componen.

“Con la definición de dónde van las obras también hemos tratado de dar ciertas lecturas”, concreta Mariátegui. La obra que nos recibe, por ejemplo, es “De falso a legal en una toma”, de Diego Lama, que se proyecta sobre una pared frente a las escaleras de entrada.

Se muestra una grabación de un recorrido, de poco más de cien metros, entre dos puntos de la capital peruana: la calle Azángaro, un conocido centro de falsificación de documentos, y el Palacio de la Justicia de Lima, que es una réplica del Palacio de la Justicia de Bruselas.

“Este edificio que representa la legalidad, donde también se ha evidenciado la corrupción en las últimas décadas, es también una copia, un ‘fake’ de otro palacio”, afirma Mariátegui.

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Más allá de la pieza inicial, en la exposición se encuentra un conjunto de obras de muy diversa naturaleza. Algunas, como “Indoor/Outdoor” de Luis Soldevilla, son interactivas, y otras, como “De Pueblo Libre al Silecio”, de Elizabeth Vásquez, han sido grabadas en dos canales.

Las demás obras que componen la muestra son de los peruanos Luz María Bedoya, Rudolph Castro, Miguel Cordero, Katherinne Fiedler, Arturo Kameya, Verónica Luyo y Álvaro Icaza, Marco Pando, Juan Salas, David Zink Yi, Ricardo Yui. “Son artistas que utilizan los medios de manera más fresca e híbrida”, asegura Mariátegui.

El comisario también destaca la presencia de dos generaciones en la exposición, “una de los años noventa y otra que empieza sobre el 2005, cuando comienza a desarrollarse una línea mucho más cercana a las artes audiovisuales”.

Además de esta exposición, el centro cultural alberga la instalación “Semillas”, nueve tallas de madera elaboradas por el artista Jaime Miranda Bambarén a partir de eucaliptos de la costa y la cordillera peruana, unas esculturas que rescatan las raíces de estos árboles para dirigir la mirada hacia las consecuencias para la naturaleza de la devastación ecológica.