Unas 53.000 personas, el aforo completo y agotado del Wanda Metropolitano (al que añadirán monitores de sonido adicionales para el público de las gradas más altas), disfrutaron de este primer concierto que, una vez más, llegó con la premisa de que podría ser el último de Sus Satánicas Majestades.
Con poca puntualidad inglesa y tras un pequeño homenaje al fallecido batería Charlie Watts, aparecían en el escenario Jagger, Richards y Wood demostrando de nuevo que juntos tienen un magnetismo que atrapa y que hace que ya no puedas quitarles la vista de encima. Los primeros acordes de “Street Fighting Man” enloquecieron al público, y no es para menos. ¡Qué manera de empezar!
El repertorio fue una retahíla de todo lo que les ha funcionado siempre y, ¿para qué variarlo si funciona? Sonaron “19th Nervous Breakdown”, “Tumbling Dice”, “You Can’t Alway Get What You Want”, “Living In A Ghost Town” o “Honky Tonk Woman”. Se atrevieron en directo por primera vez con “Out Of Time” y cantaron “Beast Of Burden” porque la había elegido el público en los días previos al evento. Y no solo se acordaron de Charlie Watts al inicio, tocaron “Sad Sad Sad” tras unas palabras de Mick Jagger en un casi perfecto castellano dedicadas al que fue su batería: “Es nuestro primer tour en Europa sin Charlie. Te echamos mucho de menos”.
Keith Richards, tras la desaparición del escenario de Jagger, se pusiera al frente de la banda e interpretaran “Happy” y “Slipping Away”. Pero también hubo tiempo para anécdotas graciosas. Previamente, Mick Jagger había presentado a todos los integrantes de la banda y al presentar a Ronnie Wood, el estadio entero le cantó el cumpleaños feliz ya que cumplía setenta y cinco años.
Satisfaction’ fue la canción con la que culminan dos horas de espectáculo y casi una veintena de cortes en los que ha habido espacio para todo.
UN SUPER MONTAJE
«En un estadio hay que exagerarlo todo, no como en un teatro, y los Stones siempre han hecho eso, ser cada vez más grandes en términos de espectáculo. No hay nadie que lo haga mejor que ellos», destacó Patrick Woodroffe, diseñador de su último espectáculo y de todos los que ha visto el público en los últimos 40 años.
Mick Jagger y el resto de los componentes de los Rolling Stone, durante su actuación.CLAUDIO ALVAREZ
Ronnie Wood (izquierda), Keith Richards y Steve Jordan, el batería que ha reemplazado a Charlie Watts tras su muerte en 2021.HANS KLAUS TECHT (AFP)
Mick Jagger gesticula durante una de las canciones interpretadas por la banda.SUSANA VERA (REUTERS)
La banda brindó al público las canciones más deseadas de su repertorio.JUANJO MARTÍN (EFE)
Los asistentes jalean al grupo.MANU FERNANDEZ (AP)
Mick Jagger anima a los 45.000 espectadores que llenaron el Wanda Metropolitano de Madrid.HANS KLAUS TECHT (AFP)
El guitarrista de The Rolling Stones, Keith Richards, durante el concierto.
Imagen proyectada del batería Charlie Watts, en un momento del concierto.SUSANA VERA (REUTERS)
Jagger y al fondo, Keith Richards.JUANJO MARTÍN (EFE)
Mick Jagger, en forma a sus 78 años.JUANJO MARTÍN (EFE)
Mick Jagger y Ronnie Wood, en los primeros compases del concierto.JUANJO MARTÍN (EFE)
La temperatura era ya alta tras las actuaciones de los teloneros. En la imagen, vista general del público momentos antes de la salida al escenario de los Rolling Stones.SUSANA VERA (REUTERS)
El segundo telonero fue John Byron Jagger, sobrino de Mick Jagger, con la banda Vargas Blues Band.SUSANA VERA (REUTERS)
La banda española Sidonie inauguró el concierto en el Wanda Metropolitano a las ocho de la tarde del miércoles.JUANJO MARTÍN (EFE)
El logo de la banda brillaba en las camisetas de muchos asistentes al concierto.SUSANA VERA (REUTERS)
Apenas una hora antes del concierto, solo quedaban disponibles en taquilla 10 entradas de las 45.000 que se pusieron a la venta.SUSANA VERA (REUTERS)
Muchos fans de «Sus Majestades Satánicas» acudieron al concierto con el presentimiento de que podía ser la última vez que la banda actuara en Madrid. «Y hay que verlos».CLAUDIO ÁLVAREZ
La banda británica ha congregado en Madrid a sus seguidores de siempre y a los de la última hornada, en muchos casos como puente de unión de diferentes generaciones. Como Pedro Moreno, de 58 años, que acudió con su hija Marina, de 24. “Mi padre me llevó al Calderón cuando yo tenía 5 años. Apenas me acuerdo, claro; luego me llevó, también al mismo estadio, con 13 años, y ahí ya recuerdo algo. Cuando me llamó hace unas semanas por teléfono a Oviedo, que es donde vivo, para decirme si me apetecía venir, mi respuesta fue: ‘¿Pero todavía siguen vivos?’. Y aquí estoy. Hace mucho que no escucho su música. Ahora me gusta el ‘trap’, pero me parece un planazo y sé que mi padre lo va a disfrutar”. Su padre, al lado, no podía estar más orgulloso, cuenta el periodista de EL PAÍS Carlos Marcos, que ha cubierto el concierto.SUSANA VERA (REUTERS)
Seguidores de todas las edades esperaban con ambiente festivo en las colas de acceso al estadio Wanda Metropolitano.CLAUDIO ALVAREZ (EL PAÍS)
En las afueras del estadio Metropolitano de Madrid antes de la actuación de los Rolling se respiraba euforia, y muchas ganas de disfrutar de un gran concierto en directo después de dos años de pandemia.CLAUDIO ÁLVAREZ
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